domingo, 29 de noviembre de 2009

Jardines Fotos de flores :rosas... ¿sabes su nombre ?

Jardines
¿Sabes como se llama esta flor... ?
Fotos de Flores-Galeria
Via:Banco de Imágenes Gratuitas
Fuente:Pixdaus
Aqui: Mas Fotos

viernes, 27 de noviembre de 2009

Jardines La Flor del Ceibo - Erythrina crista-galli L

Jardines

La flor del ceibo es la flor nacional de la República Argentina. También denominada seibo, seíbo o bucaré, fue declarada flor nacional argentina por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº13.847/42, del 22 de diciembre de 1942. De ahí que el 22 de Noviembre se celebra el día de la Flor Nacional. También es la flor nacional de nuestro país vecino la República Oriental del Uruguay.



El Ceibo es un árbol originario de América, de la zona subtropical, no muy alto, de tronco retorcido, pertenece a la familia de las leguminosas, por lo que las semillas se guardan en vainas encorvadas. Sus flores son rojas, de un rojo carmín. Crece en las riberas del Paraná y del Río de La Plata, pero se lo puede hallar en zonas cercanas a ríos, lagos y zonas pantanosas a lo largo del país. La madera de ceibo es muy liviana y porosa, y se la utiliza para la construcción de balsas, colmenas, juguetes de aeromodelismo. Su presencia en parque y jardines argentinos, pone una nota de perfume y color. Y el admirador evita arrancar sus flores, debido a que sus ramas poseen una especie de aguijones.


Leyenda de la flor del ceibo
Según cuenta la leyenda la flor del ceibo nació cuando Anahí fue condenada a morir en la hoguera, después de un cruento combate entre su tribu y los guaraníes.
Por entre los árboles de la selva nativa corría Anahí. Conocía todos los rincones de la espesura, todos los pájaros que la poblaban, todas las flores. Amaba con pasión aquel suelo feraz, silvestre, que bañaban las aguas oscuras del río barroso. Y Anahí cantaba feliz en sus bosques, con una voz dulcísima, en tanto callaban los pájaros para escucharla. Subía al cielo la voz de la indiecita, y el rumor del río que iba a perderse en las islas hasta desembocar en el ancho estuario, la acompañaba. Nadie recordaba entonces que Anahí tenía un rostro poco agraciado, tanta era la belleza de su canto.
Pero un día resonó en la selva un rumor más violento que el del río, más poderoso que el de las cataratas que allá hacia el norte estremecían el aire. Retumbó en la espesura el ruido de las armas y hombres extraños de piel blanca remontaron las aguas y se internaron en la selva. La tribu de Anahí se defendió contra los invasores. Ella, junto a los suyos, luchó contra el más bravo. Nadie hubiera sospechado tanta fiereza en su cuerpecito moreno, tan pequeño. Vio caer a sus seres queridos y esto le dio fuerzas para seguir luchando, para tratar de impedir que aquellos extranjeros se adueñaran de su selva, de sus pájaros, de su río.
Un día, en el momento en que Anahí se disponía a volver a su refugio, fue apresada por dos soldados enemigos. Inútiles fueron sus esfuerzos por librarse aunque era ágil. La llevaron al campamento y la ataron a un poste, para impedir que huyera. Pero Anahí, con maña natural, rompió sus ligaduras, y valiéndose de la oscuridad de la noche, logró dar muerte al centinela.
Después intentó buscar un escondite entre sus árboles amados, pero no pudo llegar muy lejos. Sus enemigos la persiguieron y la pequeña Anahí volvió a caer en sus manos. La juzgaron con severidad: Anahí, culpable de haber matado a un soldado, debía morir en la hoguera. Y la sentencia se cumplió. La indiecita fue atada a un árbol de anchas hojas y a sus pies apilaron leña, a la que dieron fuego. las llamas subieron rápidamente envolviendo el tronco del árbol y el frágil cuerpo de Anahí, que pareció también una roja llamarada. Ante el asombro de los que contemplaban la escena, Anahí comenzó de pronto a cantar. Era como una invocación a su selva, a su tierra, a la que entregaba su corazón antes de morir. Su voz dulcísima estremeció a la noche, y la luz del nuevo día pareció responder a su llamado.
Con los primeros rayos del sol, se apagaron las llamas que envolvían Anahí. Entonces, los rudos soldados que la habían sentenciado quedaron mudos y paralizados. El cuerpo moreno de la indiecita se había transformado en un manojo de flores, rojas como las llamas que la envolvieron, hermosas como no había sido nunca la pequeña, maravillosas como su corazón apasionadamente enamorado de su tierra, adornando el árbol que la había sostenido.
Así nació el ceibo, la rara flor encarnada que ilumina los bosques de la mesopotamia argentina. La flor del ceibo que encarna el alma pura y altiva de una raza que ya no existe.



Para ampliar información:
www.ambiente.gov.ar/?idarticulo=680 -

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Jardines Caracteristicas Palmera de Bismarck

Jardines Etimología: En honor al príncipe Otto von Bismarck, primer canciller alemán. Palmera de tronco simple, grueso, de 10-20 m de altura y hasta 35 cm de grosor. Hojas palmeadas, erectas o ligeramente curvadas, de color verde azulado, cubiertas en el pecíolo de una cera blanca. Segmentos en número de 50-75, largos. Inflorescencia con ramificaciones cortas. Fruto ovoide, de unos 4 cm de diámetro, de color marrón oscuro. Es una palmera de crecimiento más bien lento. Destaca por el color gris azulado de sus hojas, que la convierten en una de las palmeras más vistosas. En zonas libres de heladas se las puede ver plantadas en alineaciones, o formando grupos a diferentes niveles. Resulta excelente como ejemplar solitario. Buena para decorar patios y terrazas en su estado juvenil. En interiores muy iluminados también se la puede plantar, pero no es tan habitual. Los indígenas usan sus troncos y hojas para construir habitáculos. CULTIVO Exposición soleada incluso desde joven. No soporta heladas aunque puede resistir hasta -4ºC las plantas adultas y adaptadas. Se cultiva al exterior en muchas regiones mediterráneas. Tolera suelos pobres, aunque prefiere suelos fértiles y bien drenados. Si hay que extraerla del suelo es preciso hacerlo con mucho esmero, puesto que es difícil el trasplante, se muere si pierde el cepellón de tierra. Se multiplica por semillas que tardan en germinar.

martes, 24 de noviembre de 2009

Flor Juniperus phoenicea L. subsp phoenicea

Flor

Sabina negral

Arbusto o pequeño árbol de la familia de las cupresáceas de copa redondeada, follaje denso , corteza grisáceas o parda y fibrosa. Hojitas escuamiformes agrupadas en pequeñas ramillas. Las flores femeninas y masculinas suelen estar en el mismo pie de planta. Sus conos femeninos dan lugar a las fructificaciones típicas de los enebros y sabinas conocidas como arcéstidas, que en esta especie son de color rojizo en la madurez.

Especie de distribución Mediterránea y Macaronésica, que se cría en matorrales secos y pedregosos, en los roquedos que no permiten el crecimiento de encinas y otras especies esclerófitas, hasta los 1500m en altitud, muy adaptada a las condiciones continentales siendo muy resistente a las heladas y soportando extremas sequías.

Resulta sorprendente y espectacular el poder contemplar el verdor y vigor de estos arbustos en las secas y frías montañas mediterráneas con poco más de 300mm al año de precipitación, destacando sobre el ocre del entorno, siendo la especie dominante y conformando pequeños bosquetes o sabinares.
Fotografía realizada en un sabinar de la Sierra de Marmolance en Huéscar ( Granada), entorno donde confluyen varias provincias biogeográficas, y sectores botánicos.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Patios plantando

Patios Empecé mi vida adulta en Río de Janeiro. En mi primer departamento sólo tuve un potus y un palo de agua que me había dejado mi mamá. Los cuidaba por amor a ella porque yo carecía, en ese entonces, de necesidad de verde propio. En los trópicos el verde está donde uno ponga los ojos y la mayoría de los muchos lugares en donde viví en esos años estaba literalmente en el medio de la mata.

Lo único verde que extrañaba cuando vivía en Río eran las verduras, sobre todo la lechuga. No porque no existiesen en el mercado, sino porque las lechugas cariocas de aquellos tiempos llegaban a la venta un tanto mustias del calor. Tampoco era fácil conseguir hinojos, apios, espárragos, repollitos de bruselas, alcaparras o alcauciles. Así que un día, decidí que valía la pena tener plantas si fuese para comérselas y se me ocurrió hacer una huerta. Como no tenía ni siquiera un balcón apelé a mis amables vecinos del departamento de enfrente que tenían un simpático patiecito.

Mis amigos Roberto y Flor abrazaron el proyecto y compartieron conmigo su patio y mis primeras experiencias de huerta. Usamos como maceteros unos cajones de frutas que nos conseguimos por ahí y plantamos sólo comestibles hasta que un ejército de termitas descubrió la madera de los cajones y puso fin a nuestro emprendimiento. No conseguimos cosechar ni una hojita de lechuga para la ensalada.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Increibles Hierbas arómaticas: Cultivo de Berro o Mastuerzo de agua

Increibles
  • Nombre científico o latino: Nasturtium officinale Nombre común o vulgar: Berro, Mastuerzo de agua, Mastuerzo acuático
  • Familia: Brassicaceae. Hierba perenne rizomatosa.
  • Tallos de hasta 50 cm, que enraízan cerca de la base, ascendentes, gruesos y huecos.
  • Las hojas del berro son pinnatisectas, con segmentos obovales u oblongos, siendo el segmento del extremo de mayor tamaño que el resto.
  • La inflorescencia es un racimo laxo, con flores pequeñas y sépalos verdosos, la mitad de largos que los pétalos, que son de color blanco.
  • Florece el berro en primavera y verano.
  • Los frutos de berro son silicuas patentes, cortas, cilíndricas, algo arqueadas y más largas que los pedicelos.
  • Fueron cultivados por primera vez en Francia en el siglo XIV, y es en este mismo país donde actualmente gozan de un gran aprecio.
  • Es una hierba ideal para ensaladas y buena por su alto contenido de hierro
CULTIVO DEL BERRO:
  • El suelo tiene que tener, al menos, 8 cm de barro arenoso, rico en humus.
  • Se plantan los esquejes de berro, de unos 10-20 cm de largo, en hileras, a 10 cm unas de otras, y a 20 cm entre plantas.
  • Si se desea plantar semillas de berro, se siembran en tiestos que se deben mantener húmedos. Cuando las nuevas plantas tienen algunas hojas se ponen en agua, teniendo cuidado de que las hojas finales sobresalgan de la superficie del agua.
  • En invierno tienen que estar cubiertos de agua, lo que se consigue poniendo algunos ladrillos sobre los tallos.
  • RECOLECCIÓN DEL BERRO:
  • La época ideal de recolección del berro es en los meses de invierno, desde octubre hasta abril, aunque se puede recoger en cualquier época del año, siempre que la planta esté fresca y sin florecer.
  • Cuanto más joven y tierna sea la planta mayor valor culinario tendrá.
  • Se cortan los tallos de berro, aproximadamente de 8 cm, y se atan en pequeños manojos.
  • Estos manojos, bien lavados, se ponen en agua para conservarlos frescos hasta su consumo.
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viernes, 6 de noviembre de 2009

Jardines Phillyrea angustifolia L.

Jardines
Olivilla

Continuando por el encinar con lentiscos nos encontramos con este arbusto perenne del mismo género que la anterior y de similar biotipo y ecología.
Se diferencia de la anterior especie por poseer las hojas mucho más estrechas y alargadas, generalmente de borde entero, lineares y las ramitas lisas.

Al igual que la P.latifolia, se distribuye por toda la península escaseando hacia el noroeste, se cría en matorrales y encinares-alcornocales de clima suave sin fuertes heladas.

Fotografía realizada en un encinar con lentiscos y madroños en ladera norte de la Tiñosa, Sierras Subbéticas Cordobesas.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Flores El Césped en invierno, cuidados

Flores
El invierno es una estación muy dura para las plantas y para el césped. Por ello, el otoño es el momento ideal para que el buen jardinero lleve a cabo una serie de operaciones de acondicionamiento. Estas tareas harán posible que la vegetación sobreviva al viento, a la lluvia, a la nieve y a las bajas temperaturas, de forma que vuelvan a brotar con vigor y belleza la primavera siguiente. A lo largo del invierno, el césped, al igual que el resto de la flora, permanece vegetando.
  1. El mes de abril es el más adecuado para prepararlo de cara al invierno. Con este fin se realizarán los siguientes trabajos: siega, abono, aireado y drenaje de la tierra y, por último, replantado.
  2. Segar el césped Durante los primeros días de abril se llevará a cabo la última poda del césped. Se ha de procurar no cortar en exceso para evitar que éste sufra. Segarlo demasiado puede debilitarlo y ayudar a que crezcan el musgo y las malas hierbas.
  3. La temperatura media y la humedad característica de esta estación propiciarán que brote. Es muy importante quitar las hojas que hayan caído de otros árboles y flores.
  4. Si el césped es fino se debe segar cada dos o tres días, si es medio, a intervalos de tres y cinco días. Y si es de otra clase, al menos una vez a la semana.
  5. Una vez se haya cortado, hay que retirar los restos con la ayuda de un rastrillo.
  6. También hay que prestar atención a la dirección en la que se siega, para evitar solapamientos, dobles pasadas y cambios bruscos de dirección.
  7. Es necesario asegurarse de que el césped está seco, ya que la humedad atasca la máquina y la caja de la hierba por lo que la segadora tardará más.
  8. Cuando soplen vientos fríos no hay que cortarlo, ya que éstos pueden quemar los extremos de la hierba.

Cómo preparar la tierra:

  1. El aireado favorece el crecimiento del césped a través de la oxigenación. Se realiza con una horca de jardín introduciendo sus dientes hasta unos 7,5 cm. de profundidad.
  2. Hay que remover hasta que el césped se levante un poco y repetir la operación cada cuarto de hora.
  3. Se puede airear siempre que se crea necesario, aunque se suele realizar en otoño.
  4. Además, se debe alimentar el césped con un fertilizante adecuado. La cantidad exacta de la que no se debe exceder es de 100 gr. por cada 0,8 m².
  5. En el otoño se aplica un abono con bajo contenido en nitrógeno en relación con el ácido fosfórico y el potasio.

Cómo replantar el césped:

  1. Las zonas del jardín que estén poco pobladas, necesitan una replantación. Ésta se puede llevar a cabo de dos maneras diferentes.
  2. Es posible sembrar a mano, para ello hay que conseguir unas estacas y unas cuerdas. Con ellas se ha de marcar el césped, formando franjas de 1 m. de ancho.
  3. La cantidad de semillas que se han de sembrar varía de un suelo muy fértil a un suelo menos rico. En el primer caso, a cada 0,8 m² le corresponde 16 gr. de semilla. En el segundo, se dobla la cantidad. También se pueden plantar tepes.
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